Conocer realmente la situación
del alumno
Normalmente suponemos lo que el
alumno sabe, es y hace, fijándonos en su titulación académica, o en el hecho
de estar en un grupo donde la mayoría son de una forma determinada.
No es suficiente suponer cuáles
son las habilidades o conductas que posee el alumno por tener una carrera o
una profesión. Se requiere conocer las conductas y capacidades que el alumno
posee realmente, ya que los objetivos del aprendizaje, se fijan a partir de
ellos. Cuanto mayor y más precisa sea el conocimiento más acertadas van a
ser, indudablemente, las decisiones que se toman durante el proceso de
aprendizaje.
Conocer lo que se quiere
lograr del alumno
La primera actividad de quien
programa la acción educativa directa, sea el profesor, o un equipo, debe ser
la de convertir las metas imprecisas en conductas observables y evaluables.
Por varias razones: Porque es la única posibilidad de medir la distancia que
debemos cubrir entre lo que el alumno es y lo que debe ser, porque hace
posible organizar sistemáticamente los aprendizajes facilitando la
formulación de objetivos y porque es así como una vez realizado el proceso
de aprendizaje, podemos observar como éste se produjo realmente, y en qué
medida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario